El caballero de la radio

 

La voz de “El Caballero de la radio”, don Manuel Humberto Siordia Mata, se apagó definitivamente el jueves 13, el mismo día en que cumpliría 89 años. Sus familiares, encabezados por su esposa, Margarita Ofelia Torres, sus hijos Manuel de Jesús, Jaime Octavio y Alberto Siordia Torres, compañeros de oficio y numerosos amigos, le tributaron ayer el último adiós.

Se fue como una onda hertziana a poblar el universo, dejando atrás 65 años de oficio como locutor, comunicador y periodista. Su partida coincidió con el Día del Locutor (14 de septiembre), celebración anual del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radiodifusión, Televisión, Similares y Conexos, organización que don Manolo ayudó a fundar, al igual que la Asociación Nacional de Locutores.

El 25 de abril del 2011, recibió del Cabildo local el Diploma como Ciudadano Distinguido y la Medalla Donají, en ocasión del 479 aniversario de la elevación de Oaxaca de Juárez a rango de ciudad.

El 8 de marzo de ese mismo año, ya afectado de salud, se había despedido de sus radioescuchas, recordó Silvia Chavela Rivas, en el noticiario de Guillermo Ramón Ramírez. El locutor Francisco Círigo Villagómez, lo entrevistó en el año 2006, en ocasión de los festejos de la XEOU. Parte de sus declaraciones se incluyen en el libro “Ni callada ni dormida. Historias de Huajuapan”. Corroborados algunos datos con su hijo mayor, prosigo.

Con presencia vocal indiscutible, don Manolo estudió primaria en la escuela Minerva y posteriormente fue alumno del Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca. Muy joven se aficionó a la radio cuando se fundó la XEAX en esta capital, en 1944. Después probó suerte en la ciudad de Aguascalientes, donde logró un puesto de locutor en la XEBI. Antes de laborar en tres emisoras en Guadalajara, fue un de las voces, en la ciudad de México, de la XEL, Radio Capital, de la 620, “La estación de la juventud”, la B Grande de México y la XEQ. En la B, compartió cabina con figuras como el oaxaqueño José Ramón Bennetts, Daniel Pérez Alcaraz, Fernando Marcos y Julio Sotero, entre otros.

Regresó a Oaxaca en la recién inaugurada XEOA. Pero sería en el año 1969, cuando después de intensas gestiones ante Comunicaciones y Transportes, cumplió su sueño de contar con una estación propia, que desde hace años administra su hijo Manuel de Jesús.

Por razones que no se hicieron públicas, luego de tres décadas de trabajo, fue separado de la XERPO y se reinventó, a partir de 1994, como conductor y coordinador de noticiarios del Grupo ACIR, al frente de Antena 89.7. De aquella experiencia nunca habló con amargura; agradeció a la vida compartir sus conocimientos con jóvenes reporteros y reporteras. Fue también concejal del Ayuntamiento local en tres ocasiones y suplente en una más. Fue de los pocos comunicadores que le apostaron a los cambios, de partido y de régimen.

Con don Miguel Nájera, realizó labores de promoción de box y lucha libre; fue presentador de funciones de zarzuela y opereta, además de las caravanas artísticas, con figuras de la canción vernácula, en el teatro Alcalá.

En tareas de comunicación social, don Manolo trabajó para el ex gobernador Manuel Zárate Aquino, y en administraciones estatales y el Ayuntamiento. Asimismo, en las comisiones Estatal y Federal Electoral, y en la Comisión Federal de Electricidad. También fue uno de los fundadores de los diarios El Imparcial y Noticias, Voz e Imagen de Oaxaca. Asimismo, del periódico La Opinión.

Deja gratos recuerdos, particularmente en la bohemia, donde El Chato, el Salón de la fama, qué sé yo. La última vez que lo saludé, este año, comía con su esposa y uno de sus hijos. Le di un fuerte abrazo y, en respuesta, me sonrió, escudriñando el infinito, como si hubiese querido atrapar sus recuerdos. De trato suave, discreto, respetuoso, bromista fino, don Manolo recibió también la Charola de Plata, como Decano de los Locutores, la Medalla Carlos Pickering y el Premio Estatal de Periodismo “Benito Juárez García”. Su nombre fue develado en una placa, en el año 2005, en la XEOU, de Huajuapan de León.

Silvia Chavela recuerda que él mismo bromeaba calificándose como el “Niño héroe”, por haber nacido el 13 de septiembre de 1929, y con cariño le otorgó, como él acostumbraba hacerlo al cerrar su noticiario: “El aplauso del día”. En sus inicios, su padre le auguraba que “se moriría de hambre” si insistía en estar ante un micrófono, pero el empeño y profesionalismo de don Manuel le permitió disfrutar una larga vida, en “esta divina locura que es la locución”, como dice Francisco Círigo que aquél definía su labor. Su amplio auditorio seguirá extrañando al decano “Caballero de la radio”. Descanse en paz.

@ernestoreyes14